Efectivamente, Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo y gurú de la tecnología afirmó en una reciente conferencia realizada en San Diego, California, que la Inteligencia Artificial (AI) reemplazará en poco tiempo a los Relacionistas Públicos de todo el mundo. Así nomás, a secas y sin anestesia.
Pero, ¿es la sentencia de Bill Gates una verdad absoluta?, ¿cabe la más mínima posibilidad de cuestionar esta partida de defunción?
Nadie puede desconocer la autoridad de Bill Gates en el campo del software, pero en el ámbito de la Relaciones Públicas, tal vez sí. Al fin y al cabo, no sabemos cuál fue la experiencia de Bill Gates con las Relaciones Públicas. Ni siquiera sabemos cómo describe a las Relaciones Públicas. Por lo tanto, ¿por qué deberíamos darle crédito a sus palabras?
Es indudable que la IA llegó para automatizar procesos de trabajo. Para lograr resultados en menor tiempo y a un costo menor. En este sentido la mayoría de los profesionales de las Relaciones Públicas tendríamos que estar contentos y no preocupados, dado que con el apoyo de tecnologías de este tipo seremos más eficiente al momento de ejecutar tareas técnicas. De esta forma, podremos focalizarnos en procesos de interpretación y desarrollo, que en definitiva, representan el core business de nuestra actividad.
Ahora bien, hay quienes hacen de la gestión de la comunicación una intervención superficial, un enlatado de mensajes previsibles en las redes sociales, un asesoramiento poco comprometido. Lisa y llanamente, un servicio comoditizado al extremo. Ese sector, ya sea interno o externo, tendrá que elevar un poco más la vara sino quiere ver comprometido su trabajo, dado que empleadores como Bill posiblemente consideren estas prestaciones como un aporte marginal, un costo innecesario que gracias a la revolución AI puede ser suprimido tan solo con definir un par de consignas y apretar un botón.
Apartados de este temor, tenemos que ubicarnos los profesionales de las Relaciones Públicas que abordamos la gestión de la comunicación como lo que realmente es, un sistema complejo y cambiante, plagado de visiones, imprevisible, contradictorio y lleno de oportunidades. Tan particular como son las diferentes realidades de nuestras empresas y clientes, con su pasado, entornos, virtudes y defectos.
Los profesionales de las Relaciones Públicas que trabajamos para lograr cambios significativos en las organizaciones en las cuales trabajamos, sabemos que muchas veces nuestras empresas y clientes no pueden expresar sus necesidades de comunicación y somos nosotros quienes lo hacemos, es decir, creamos la demanda. Asimismo aún teniendo una sólida formación y experiencia, terminamos aplicando solo una parte de nuestro saber y el resto es intuición, sensibilidad, astucia, empatía, timing y esa cintura política que dudo que un procesador de datos pueda tener. En definitiva, un rol que no se reemplaza tan fácilmente como presume Mr. Gates.
Ilustración: adaptación de original publicado en Pixabay por Kirill-makes-pics